La inocencia es la
manera de disfrutar
"Había un hombre
muy culto, Mahatma Bhagwandin. Lo conocí cuando yo era muy joven y él muy
anciano. Solíamos pasear juntos por el bosque, y él sabía muchas cosas. Sabía
los nombres de todos los árboles, los nombres en latín, los nombres de todas
las flores y sus propiedades, sus usos medicinales, todos los milagros que
podía hacerse con las raíces de los árboles, sus flores y sus hojas.
El primer día le escuché
hablar durante tres horas sin parar, mientras estábamos en el bosque. Y el
segundo día le dije: "Usted sabe tantas cosas que no creo que pueda
morir".
"No
me cabe duda que su gran sabiduría le ayudará. Yo no sé nada, pero disfruto con
los árboles. No sé cómo se llaman y tampoco creo que tenga que saberlo para
disfrutar de ellos, ni creo que tenga que conocer las propiedades medicinales
de las flores para disfrutarlas".
Él era todo un
intelectual, pero cuando le dije aquello se quedó callado unos minutos mientras
sguíamos paseando. Entonces respondió: "Puede que tengas razón: qué
características tiene, qué propiedades medicinales tiene, qué aplicaciones, en
qué proporción... Quizá tengas razón y eso me haya impedido disfrutar de la
existencia. Quiero analizarlo todo, tengo curiosidad por adquirir más conocimientos".
El día en que murió, yo
también estaba en la ciudad. Pasaba por ahí y alguien me dijo que estaba en su
lecho de muerte. Él tenía casi ochenta años. Fui corriendo... era casi un
esqueleto; hacía cinco años que no le había visto. Las últimas palabras que me
dijo fueron: "Tenías razón. He perdido el tiempo inútilmente con la
curiosidad, me he consumido con los conocimientos. La inocencia es la manera de
disfrutar"...
Los conocimientos no
sirven para nada. La sabiduría florece cuando no hay conocimientos.
La meditación sólo es una
técnica para que te desprendas de todos tus conocimientos y puedas mirar con
ojos inocentes. Entonces todo se vuelve felicidad --el canto de los pájaros, el
inmenso silencio, el sol que pasa entre los bambús-- y tienes ganas de ponerte
a cantar, a tocar la guitarra, a bailar, o simplemente de sentarte en silencio
y disfrutar del inmenso milagro de la existencia".
Osho,
Cierra los ojos y lánzate. Escucha el sonido de tu verdad
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