Siempre que tu atención disminuya, en
ese preciso momento, experiméntalo.
Con ésta técnica, primero tienes que
desarrollar la atención. Tienes que desarrollar una especie de actitud para la
atención, sólo así esta técnica será posible, así que cada vez que tu atención
se enciende, puedes experimentar... puedes tener una experiencia personal. Con
sólo mirar una flor, puedes experimentarte a ti mismo. Mirando a la flor, no
sólo estás mirando a la flor, sino también al que está mirando --pero sólo si
conoces el secreto de mantenerte atento.
Puedes mirar la flor y pensar que
estás mirando a la flor, pero has comenzado a pensar 'sobre' la flor, y la flor
desaparece. Ya no estás ahí, te has ido a algún lugar, te has movido de ahí.
Estar atento quiere decir que cuando miras la flor, estás mirando la flor sin
hacer absolutamente nada más... como si la mente se hubiera detenido, como si
no hubiera pensamientos y sólo la simple experiencia de la flor estuviera
ahí...
Estar atento significa mantener un
estado de alerta silenciosa en la que no hay pensamientos interfiriendo.
Practícalo. Sólo puedes hacerla crecer, practicándola; no hay otra manera.
Mientras más lo practiques, más la desarrollarás, en cualquier momento, en
cualquier lugar; trata de desarrollarla.
Viajas en coche, o en tren... ¿Qué
estás haciendo? Trata de desarrollar la atención; no malgastes el tiempo.
Estarás en este tren durante más de media hora; desarrolla la atención.
Mantente presente. No pienses. Mira a alguien, observa el tren, o mira hacia
afuera, pero sé la mirada; no pienses en nada. Detén el pensamiento. Mantente
presente y observa. Tu mirada será directa, penetrante, y desde todas partes tu
mirada se verá reflejada y te darás cuenta de quién está mirando.
No te das cuenta de ti mismo porque
ahí hay una pared. Cuando miras una flor, en primer lugar, tus pensamientos
cambian la mirada; ellos le dan su propio color. Y luego esa mirada va hacia la
flor. Vuelve hacia ti, pero entonces tus pensamientos le dan un color
totalmente diferente. Y cuando vuelve, nunca te encuentra a ti ahí. Te has
movido a alguna otra parte; no estás ahí.
Todas las miradas vuelven; todo se
refleja, todo se convierte en una respuesta, pero tú no estás ahí para
recibirla. Tienes que estar ahí para recibirla. Trata de hacerlo durante el
día, en cualquier actividad, y, lentamente, desarrollarás tu atención. Haz lo
siguiente con esa atención.
Cuando tu atención disminuya, en ese
preciso momento, siéntete.
Acuérdate de ti mismo.
Existe una gran razón del por qué
esta técnica te puede ser de inmensa ayuda. Lanzas una pelota contra la pared;
la pelota vuelve a ti. Cuando miras una flor, o una cara, emites una cierta
energía; tu mirada es energía. Y no te das cuenta de cuando estás mirando;
estás gastando cierta cantidad de energía, estás emitiendo cierta energía. Una
cierta cantidad de tu energía, de tu energía vital, está siendo lanzada. Es por
esto que te sientes exhausto tras haber estado mirando a la calle durante todo
el día; la gente que pasa, los anuncios publicitarios, las tiendas, la
multitud. Mirándolo todo, te sentirás exhausto y lo único que querrás hacer es
cerrar los ojos y relajarte. ¿Qué há pasado? ¿Porqué te sientes tan cansado?.
Has emitido una cierta energía.
Buda y Mahavira -ambos- insistían en
que sus monjes no debían mirar demasiado. Debían concentrase más en el suelo.
Buddha dice que no deberías mirar más allá de la punta de tus pies. No mires a
ninguna parte. Solo mira el camino que estás recorriendo; mirar cuatro pasos
por delante es suficiente, porque cuando avances esos cuatro pasos, nuevamente
podrás mirar cuatro pasos adelante. No mires más que eso. Porque no estás para
gastar energía innecesariamente.
Cuando miras, estás disipando una
cierta cantidad de energía. Espera, guarda silencio, permite que ésa energía
vuelva. Y te sorprenderás. Si puedes dejar que la energía regrese, nunca te
sentirás exhausto. Hazlo mañana por la mañana, pruébalo. En silencio, observa
algo. Guarda silencio, no pienses, y espera pacientemente durante un instante;
la energía volverá. En realidad te sentirás revitalizado.
La gente contínuamente me pregunta...
Siempre estoy leyendo... así que me preguntan, '¿Por qué tus ojos aún están tan
bien? ¿Deberías haber necesitado gafas hace ya mucho tiempo?
Tú puedes leer, pero si estás leyendo
en silencio sin ningún pensamiento, la energía vuelve a ti. Nunca la gastaste.
Nunca te sientes cansado. Toda mi vida he estado leyendo durante doce horas al
día, a veces incluso 18 horas al día, pero nunca he sentido algún tipo de
cansancio. Nunca he sentido nada en mis ojos; nunca se han cansado. Sin
pensamientos, la energía vuelve hacia ti; no hay ninguna barrera. Y si estás
ahí reabsorbiéndola, esta reabsorción es rejuvenecedora. Tus ojos nunca se
sentirán cansados; estarán más relajados, más vivos, más llenos de
energía.
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